miércoles, 23 de mayo de 2012

INTRODUCCIÓN A LAS ADICCIONES

Aunque intuitivamente todo el mundo sabe lo que es una adicción, definir el concepto de una forma clara puede resultar muy complicado.
Las adicciones son enfermedades que afectan a la motivación, entendiendo por motivación las causas hipotéticas de nuestra conducta, de lo que hacemos. Los humanos tenemos varias directrices que guían nuestro comportamiento para que éste sirva para satisfacer nuestras necesidades básicas (alimentarnos, beber, dormir, relacionarnos socialmente, conseguir una pareja sexual, cuidar de nuestra prole, protegernos del peligro…). Estas necesidades dan lugar al gran abanico de conductas humanas. Por ejemplo: una persona va a trabajar para alimentarse, pero también para tener un determinado estatus social y ser capaz de obtener un reconocimiento social y/o de conseguir una pareja sexual, así como para tener medios para cuidar a su prole.
A lo largo de la vida, al ir formando nuestra personalidad, vamos “construyendo” una estrategia motivacional, un conjunto de necesidades o prioridades . Un ejemplo de estrategia motivacional en una personas: Para el señor B. lo más importante en su vida es su esposa y sus hijos. Posteriomente su estatus social, que mantiene gracias a su trabajo (que no supone una prioridad en sí mismo). Por debajo de esto su grupo de amistades y sus aficiones, entre las que destaca el fútbol y escuchar música.
Es una visión simplista, pero nos sirve para enteder las “prioridades”. En este ejemplo el señor B. podría dejar a sus amigos por su mujer o por su trabajo si fuera necesario. La conducta de cada persona se establece según estas prioridades y hay partes especiales del cerebro que se dedican a valorar y ordenar las decisiones y las vivencias según el valor que el cerebro les asigna.
Existen enfermedades y trastornos en los que, de forma anómala, se da un valor excesivamente alto a alguna de las opciones. A este fenómeno se le llama adicción.
Esta valoración anómala puede deberse a sustancias químicas que modifican directamente el funcionamiento del verebro (como ocurre con la cocaína, el tabaco o el cannabis), pero también sucede ante determinadas actividades que tienen unas características muy especiales. En este segundo caso estaríamos hablando de adicciónes conductuales o “sin sustancia”: ludopatía, adicción al sexo o a internet.

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